Los tópicos de las vacaciones de verano en tiempos de EGB (en el pueblo)

Meses esperando las vacaciones de verano y por fin llegaron, muchos han sido los días en que hemos soñado con ir al pueblo, a la playa, al monte pero sobre todo con no ir a clase. Pues bien ya llegó ese día ¿Y ahora qué? Cuando eramos pequeños pasábamos de la actividad escolar a tener más de dos meses de vacaciones en el que nos daba tiempo incluso a aburrirnos. Vamos a recordar algunos tópicos que se daban en aquellas vacaciones de verano.

Después de tanto esperar las vacaciones, cuando por fin llegan estás desorientado los primeros días, y con una ligera decepción.

Te emocionas con los anuncios de la programación veraniega de televisión.

Es el momento en que te separas de tu mejor amigo/a de clase porque tenéis diferentes destinos a los que ir.

Los días que faltan para que tus padres cojan vacaciones y os podáis ir son raros porque ya no queda nadie en el patio para jugar.

Tu ropa de diario pasan a ser una camiseta, un bañador y unas cangrejeras.

Tus padres empiezan a hacer cuentas para adivinar el momento exacto de salir a la carretera sin pillar atascos. Siempre se equivocan.

Ya no te acordabas de los supositorios ni de las pastillas antimareo.

El pueblo parece que está más lejos cada año y el viaje es una tortura (sin contar algunos tramos de carretera de piedras).

Adivinas qué amigos tuyos están ya en el pueblo al ver los coches de sus padres aparcados frente a las casas.

Al llegar no tienes tiempo para saludar a los tíos ni a los abuelos. Quieres jugar ya.

Ya te has hecho la primera herida en una pierna. Mañana será una postilla.

La bicicleta está con las dos ruedas deshinchadas. Le pides a un mayor que te las hinche. Es lo que más urge.

El primer contacto con los amigos a los que hace mucho que no ves es un poco frío, casi nervioso, pero enseguida estás jugando con ellos.

Estás deseando que te den la paga porque ya han abierto la tienda de chucherías y hay un helado nuevo.

Te obligan a ir a misa, pero como va todo el pueblo no te importa tanto. A la salida te echan la bronca porque has estado todo el rato hablando

Te has hecho otra herida, esta vez en el brazo. Mañana será una postilla.

Son las fiestas y empieza la verbena. Aún no lo sabes pero vas a sufrir cuando veas a la persona que te gusta bailar con otro/a.

Uno de tus amigos te asegura que ha descubierto un sitio nuevo en el que ha encontrado extrañas huellas. Vais a verlo.

Mientras los mayores toman el café y juegan a las cartas con alubias en un platito tú pides un Phoskitos en la barra del bar.

Has decidido que vas a pedir para salir a la persona que te gusta. Tus amigos se burlan de ti.

Mañana hay torneo de futbito en la campa, y por la tarde vaquillas.

Te obligan a hacer una hoja de ejercicios antes de salir a jugar.

Has descubierto un nuevo árbol para subirte. Te haces otra herida, y te rompes el bañador por un lado.

Detestas que tus padres vengan a bailar contigo en la verbena cuando estás con tus amigos.

Aún no le has pedido para salir y tus amigos se burlan de ti.

El hermano mayor de uno de tus amigos ya fuma. Le pedís un cigarro a escondidas.

Has ido a comprar chicles a la tienda y has visto a la persona que te gusta con sus padres. Te ha mirado.

A pesar de haberte comido varios chicles, tus padres se enteran de que has fumado y te castigan.

En la verbena ves como baila con otro/a. Tus amigos ya no se burlan de ti.

Las vacaciones se acaban y pides las direcciones para escribir cartas. No te atreves a pedírsela a la persona que te gusta.

Te da pena que se acaben las vacaciones, pero en parte tienes ganas de ver a los compañeros de clase.

También puedes ver:

¿Quieres salir conmigo?
¿Recuerdas a tu mejor amigo/a de EGB?
Navidades en el pueblo


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Comentarios (57)

  • Víctor Reply

    Clavao!, jejeje

    25 junio, 2013 at 09:16
  • macarrasquilla Reply

    Ninguno de esos tópicos son válidos para los que ya vivíamos en el pueblo. En mi época de la EGB muy poca gente de mi pueblo se iba de vacaciones. Unos poquitos se iban porque tenían familiares en otro sitio y se iban a visitarles, a pasar unos días con ellos; para cambiar de aires o más bien para cumplir (ya que estos familiares venían a visitarlos a ellos para las fiestas del pueblo). Y otros menos que sí se iban de vacaciones a la playa, no a casa de familiares sino a un hotel, eran los que considerábamos los más ricos del pueblo.
    Durante mi época de EGB mi familia nunca fue de vacaciones. Mi padre era hijo único y mi madre tenía solo un hermano que vivía en un pueblo muy cercano. Además mi padre trabajaba con la empresa hasta los sábados por la mañana (y los sábados por la tarde y los domingos por la mañana haciendo chapucillas). Nunca tuvo vacaciones en su vida (se podía coger vacaciones pero no cobraba esos días y al jefe le sentaba mal). Las únicas vacaciones que tenía era la semana de las Fiestas grandes del pueblo. Y las otras vacaciones que yo le conocí fue una vez que tuvo un esguince y estuvo un par de semanas sin ir a trabajar, ……, las siguientes vacaciones que se cogió fueron definitivas. Así que tristemente mi familia nunca fuimos de vacaciones.

    25 junio, 2013 at 09:23
    • yerma Reply

      razon llevas yo soy d epueblo , pero pasaba el verano en casa de mi madrina en la zona costera y uffffffffffff no veas piscina mar y muchos mimos ahhh y clases de repaso por un tubo , por las noches nos colabamos en los hoteles para escuchar los grupos veraniegos ejje.ayssssssssssssssss que recuerdos

      25 junio, 2013 at 10:02
    • marita Reply

      Parece que estás contando la historia de mi infancia!!

      25 junio, 2013 at 14:03
    • ramon burniol Reply

      Cierto y los que nos quedábamos, echábamos de menos a los amigos que se iban un més!!! Contábamos los días y cuando regresaban con el coche cargadísimos de trastos,salíamos a abrazarlos!!!Ya estábamos todos para ir a jugar …

      25 junio, 2013 at 21:18
    • Juani Reply

      Al pueblo que yo iba casi nadie se iba de vacaciones, todo el mundo trabajaba. Muchos en el campo,etc… asi que apenas tenian vacaciones…

      23 julio, 2013 at 12:13
    • Miguel Reply

      Me gusta más la descripción que has hecho tú, porque es más cercana y sincera. Yo no era de pueblo, era de barrio, y mis padres jamás salieron de vacaciones a ningún sitio. El verano era un verdadero horno, pero se compensaba con bici y amigos que pasaban tu misma situación. La imaginación era lo fundamental para sobrevivir: algún día de piscina, la verdad es que muy pocos, comer pipas al caer la tarde, entrar en algúna nave “abandonada” en el polígono, y esperar al bibliobús una tarde a la semana, que solía venir acompañado de una peli al aire libre, en la plaza del barrio. También se hacía muuucho ejercicio, fútbol, baloncesto…, siempre era necesario y un desahogo… En fin, nada que ver a lo que describen por aquí… saludos

      16 junio, 2019 at 20:54
  • macarrasquilla Reply

    Las vacaciones las pasábamos en el pueblo. Mi padre trabajando, mi madre haciendo las tareas del hogar y yo estudiando o repasando. A pesar de que era de los que mejores notas sacaba mi madre me apuntaba a clases de repaso. Una profesora del cole, en verano para sacarse unas perras extras, daba unas clases de repaso. Y ahí nos veíamos prácticamente todos los niños del pueblos. Establecía distintos niveles. Luego después de comer (en mi casa se comía en punto 1) te obligaban a dormir siesta (si no te chantajeaban con no salir a jugar por la tarde). Y te levantabas de la siesta justo para ver “El gran héroe americano”, “El coche fantástico” o “El halcón callejero”.
    Lo peor es que además en mi pueblo no había piscina (creo recordar que la construyeron cuando yo iba a 6ª o 7º de EGB). Así que la tarde la pasábamos jugando: las primeras horas como hacía mucho sol jugábamos en nuestra casa o en la casa de algún vecino amigo. Y luego cuando ya el sol pegaba menos, nos dejaban salir a la calle. Nosotros en el corral teníamos montada una piscina pequeña de esas de “Estoy con Toy”, pero era muy pequeña nada que ver con las piscinas montables que hay hoy día (la nuestra se llenaba con 4 cubos que sacaban del pozo).
    Lo divertido empezó cuando construyeron la piscina en el pueblo. Y cuando no había tantas normas en ella, no había la valla de protección y cogíamos mucha carrerilla (saltando por encima de los mayores que estaban tumbados en las toallas) para tirarnos.

    25 junio, 2013 at 09:32
  • maria jose Reply

    Mas clavao no a podio desirlo…jaaa que recuerdosss..aayy quien volviera a la infancia..!!!!

    25 junio, 2013 at 10:02
  • Juan José Serrano Reply

    Yo tambien soy de pueblo, pero unos primos venían de ciudad y cuando llegaban al pueblo era del modo que describen los tópicos, yo tenía ganas de verlos, en realidad era así y compartíamos juntos la misma ilusión.
    Es verdad recuerdo cada día de verano, nuestras madres diciéndonos: “poneros a la sombra, que hace mucha calor” ó “no salgais a la calle hasta que sea un poco mas tarde y el sol no apriete tanto”. Que ganas de salir, no temiamos nada, incluso a echar un partidito en la pista o gastar bromas tirando globitos de agua a los mas mayores, jeje.
    Cuando se aproximaba septiembre y el tiempo parecía refrescar, ibamos al cuarto donde estaba la “maleta” del cole y la llenábamos de cuadernos, lápices, gomas nuevas y algunos boligrafos de colores. A mi me encantaba estrenar la libreta con buena letra, ¿a ustedes no?, cuando ya iba por la mitad no cuidaba ya que la letra fuera como al principio.

    25 junio, 2013 at 10:26
  • Maga Reply

    Yo jamás he ido de vacaciones al pueblo, fines de semana puntuales, pero nunca vacaciones. Todo los tópicos, ó la mayoría, los reconozco en mis primos, que iban mucho al pueblo, pero en mi no. :-)

    25 junio, 2013 at 10:27
  • Anonimo Reply

    Los veranos eran soportables hasta Agosto en el que se iban al pueblo mis amigos,luego eran aburridisimos hasta Septiembre que iban volviendo poco a poco todos y el colofon era hacia mediados de Septiembre que son las fiestas aquí en esta parte de Madrid.
    Luego mas adelante conocí a algunas personas que tampoco tenían pueblo y ya fue mas llevadero.
    ¡Ah! y tenia que adelantar mi cumple porque a partir de Julio iban marchándose al pueblo.

    25 junio, 2013 at 10:41
  • macarrasquilla Reply

    Lo que sí recuerdo eran los piques que teníamos con los “forasteros” que venían de vacaciones al pueblo. En mi grupo de amigos no teníamos a ninguno de éstos, pero otros grupos sí tenían a primos o vecinos llegados de otros sitios (básicamente de Madrid). Primero los piques eran por ver quien jugaba mejor al fútbol, quien era más valiente haciendo esto o lo otro, y cosas así. Luego cuando empezaron a gustarnos las chicas (hacia 7º u 8º) los piques con ellos eran por las chicas. Además esa etapa coincidió con la construcción y apertura de la piscina en nuestro pueblo. Los chicos del pueblo no sabíamos nadar, jajajaaa. Y ellos sí sabían. Y las chicas se sentaban con ellos en el césped y nosotros rabiamos. Así que cuando nos enfrentábamos en una liguilla de fútbol sala, siempre se nos escapaba alguna patada, jajajaaa. Estos forasteros siempre estaban a la moda: en el vestir, en la música, en todo. ¡Qué asco! Claro que no solo venían chicos forasteros, sino también chicas de Madrid. Y ahí entrábamos nosotros en juego. Pero nos comíamos pocos colines, porque éstas también preferían a los forasteros (“Ah! Eres de Alcorcón? Pues yo soy de Móstoles”, “Y ¿en qué zona vives de Madrid? Yo en Argüelles”). ¡Qué asco! vuelvo a decir. Nosotros éramos más gañanes. Aunque en mi pueblo es donde había y hay más Lacoste por metro cuadrado, jajajaa.

    25 junio, 2013 at 10:42
    • JAntonio Reply

      Es verdad, no me acordaba de los madrileños jajaja, en mi pueblo también había invasión de madrileños en verano (no se por qué pero casi todos los ancianos del pueblo tenían algún nieto en madrid)… qué jodios, nosotros todavía estábamos viendo dibujos animados y ellos ya fumaban, hacían botellones con calimocho, llevaban pendientes y les gustaba el rap…. y el lenguaje: “eres un notas”, “mira esa piva”… parecía otro idioma distinto al nuestro.

      25 junio, 2013 at 11:05
      • macarrasquilla Reply

        Recuerdo un forastero que decía “me hace tilín esa chica”. Y yo me preguntaba que narices es “hacer tilín”.

        27 junio, 2013 at 14:08
  • JAntonio Reply

    Donde yo vivía (y vivo) la mayoría de la gente se iba a su segunda casa en la playa, que está bastante cerca. Quien no tenía casa se iba de alquiler. Aún así, mi pueblo no terminaba de quedarse desierto en verano, aunque se nota que hay menos gente yo tuve la suerte de que mis amigos no se iban.
    Lo que más recuerdo de aquellos veranos eran las tardes interminables y aburridas en las que me hacían dormir la siesta, hacer ejercicios de repaso de matemáticas, y las series en la tele, como el equipo A, el gran héroe americano, el halcón callejero, falcon crest….

    25 junio, 2013 at 10:57
  • Anónimo Reply

    Pues yo tengo la fortuna de vivir en un pueblo costero donde todos los veranos triplicaba sus habitantes y no veas la de amigos nuevos que tenía todos los años,luego unos repetían al año siguiente y otros no y nos lo volvía a ver nunca mas …ayyy si hubiese existido entonces el facebook no hubiésemos perdido el contacto

    25 junio, 2013 at 11:33
  • Mari Carmen Reply

    Yo también vivo en un pueblo costero entre Altea y Benidorm, así que mis vacaciones eran como receptora de visitas, pero me encantaba, cuando mis primos se venían a pasar unos días a casa, cuando los amigos que habías hecho el año anterior volvían de vacaciones, las fiestas de agosto. El verano es y será mi época favorita del año. Cuando era más pequeña me iba a casa de mi tia que vive en Alicante capital, me lo pasaba pipa con ella y sus amigas yendo a la playa por la mañana y por la tarde en la calle jugando con mis primos y sus amigos. Lo dicho viva el verano!!!

    25 junio, 2013 at 11:46
  • Marieta Boniqueta Reply

    Mis veranos eran pasar el mes de agosto en el pueblo de mi abuela, en el norte de Madrid. Veníamos de un pueblo de Barcelona. No me reconozco en algunos tópicos porque los míos eran otros. Mi primo vivían con mis abuelos y tenía su grupo de amigos ( que eran los vecinos de al lado) y yo me sumaba al grupo. Por la mañana mi primo y yo íbamos descalzos a la piscina de los vecinos, era una odisea porque había un camino de tierra con algún pincho. Pero nos las ingeniábamos para no pincharnos. Por la tarde a jugar todo la pandi, ir al río donde con un tronco y dos ramas nos hacíamos una canoa y alguna noche nos íbamos todos a un merendero que por aquel entonces estaba en las afueras del pueblo. Otros años hacíamos mitad de vacaciones en Madrid y la otra mitad en Asturias. Allí también era divertido,algunas mañanas me iba con mi primo y mis sobrinos segundos a ciudar a las vacas que estaban pastando y mientras hacíamos concursos para ver quien cogía más saltamontes. Otros entretenimientos eran ir a coger huevos recién puestos, ir a ver las vacas al establos, echar de comer a las gallinas. En mi pueblo, mientras no le daban las vacaciones a mi padre, iba a la piscina por la mañana y por la tarde después de comer a clases de repaso ( cuando estaba de vacas no iba) y venir corriendo para ver la serie de turno. Conforme avanzaba el verano mis amigos y familia se iban a sus residencias de verano, nosotros éramos los únicos que no teníamos casa en la playa porque todos los veranos íbamos con mi abuela. Ayyyyy, qué buenos tiempos!!!!

    25 junio, 2013 at 12:22
  • Viajesymas Reply

    Vamos a ver el Tour de Francia cuando lo que querían decir era: vamos a echar la siesta… Todo un clásico, como las canciones del verano de aquel entonces con Georgie Dann a la cabeza. Esta es una versión moderna de la canción del verano

    25 junio, 2013 at 12:30
  • chispita Reply

    yo tambien era (y soy de pueblo) y las vacaciones significaban levantarte tarde y tener todo el día para jugar. Los juegos reunidos geyper nos duraron todos nuestros años de egb y cuando no estábamos jugando al ajedrez, el parchis (¡qué peleas!) o las ratas, devorábamos tebeos: don mikis, pulgarcitos, din dan, tiovivo, ddt, tbo, esther y su mundo, lily… algunas madres apuntaban a las niñas a aprender a bordar o al corte (y confección), algo que todas odiábamos sin contemplación, pero en aquella época esas eran las actividades extraescolares, no había ni inglés, ni judo ni música ni nada que se le parezca. Antes de los 80 el río que cruzaba nuestra aldea era apto para el baño, y allí, en nuestra playa, porque era una playa, con su arena, sus chiringuitos y sus fiestas de san juan, allí nos llevaban los padres al mediodía mientras las madres terminaban de hacer el almuerzo, para así dejar de dar la lata un rato. Mi madre le decía a mi padre cuando éste llegaba del campo, a la 1 de la tarde o así. “llévate a los niños al río y a las 2 y media os volvéis”. Todos nuestros amigos estaban allí con sus padres mientras las sufridas madres sudaban en la cocina…

    fueron los mejores años de mi vida, los 70

    25 junio, 2013 at 12:48
    • macarrasquilla Reply

      Bueno, levantarte tarde. Yo también soy de pueblo y en mi casa nunca nos han dejado quedarnos en la cama ni en vacaciones ni en fines de semana. Como muy tarde a las 9:00 de la mañana, pero la mayoría de las veces nos levantaban antes. Llegaba mi madre, levantaba las persianas, abría las ventanas y decía “venga que ya está el sol por el mundo” (otras veces decía “que ya está Dios por el mundo”). Obviamente ella lo que quería es arreglar tu habitación y terminar de fregar el pasillo. Y por esa misma razón también te apuntaba a clases de repaso (aunque hubieras aprobado todo con buena nota), para que no dieras la tabarra en casa y no te aburrieras. Así que ahora me pasa que tengo 38 años y me sigo levantando pronto aunque no tenga nada que hacer (se cuentan con los dedos de la mano las veces que me he quedado en la cama más allá de las 11:00, aunque hubiera estado de juerga y me hubiera acostado a las 7:00 de la mañana, no puedo dormir por la mañana). Eso sí, no perdono las siestas (son de pijama y orinal).

      25 junio, 2013 at 13:36
  • Jose Reply

    Para los que veraneábamos en la playa, faltan LAS RECREATIVAS, las máquinas. Una estampa ya difícil: llegábamos a entrada del salón, y antes dejábamos todos las bicis ahí fuera. Ni candao ni leches. Y no pasaba nada…

    25 junio, 2013 at 13:17
    • macarrasquilla Reply

      Cierto, no se necesitaba candados. En mi pueblo la gente dejaba las puertas abiertas de par en par y como mucho la cerraban (para que no entrada las moscas) y dejaban la llave puesta por fuera por si tenías que entrar a beber o a coger un polo de hielo (de esos caseros que se hacían don Coca-Cola, zumo u otro refresco). Por la noche los vecinos se juntaban en la porla de alguno de ellos, se traían las sillas y charlaban (bueno, quiero decir que cotilleaban de los asuntos del pueblo o del resto de España), mientras que los muchachos jugábamos juntos con alguna de nuestras maquinitas o al fútbol debajo de alguna farola plagada de mosquitos.

      25 junio, 2013 at 13:31
  • Guada Reply

    ¡Que tiempos! Nos pasabamos tooodo el verano mis primos, mi hermano y yo en el pueblo con mis abuelos porque mi madre trabajaba precisamente los veramos. Desde el primer al último día. Con las bicis íbamos a todos lados. Cuando no había piscina, nos entreteníamos a la entrada del pueblo contando los coches que pasaban y apuntando las matrículas (jejeje), a mediodía, siesta obligada hasta bien mayores porque si no el día era muy largo, y en Castilla a las dos de la tarde se caían los pájaros. Cuando hicieron la piscina, cambió, veíamos el coche fantástico o similar y a loa pisci hasta las ocho de la tarde, merienda-cena y para la playa con la pandilla. Que si me gusta uno, que si a mi otro, que si salimos que si no.. Y las fiestas ya… esas quedan clasificadas, para que no se enteren mis hijos. Ahora voy con ellos, aunque ya no es lo mismo..

    25 junio, 2013 at 15:29
  • Jose Reply

    Más recuerdos veraniegos: IR A LA FUENTE A LLENAR LAS GARRAFAS DE AGUA. Y no estoy hablando de hace 50 años, no, no. Esto lo he visto yo, y he ido con mi padre y mis tíos, a mediados de los 80 en la playa donde veraneaba, en Cartagena.

    Por aquel entonces aún era algo más o menos común que, aunque hubiera ya agua potable, esta supiera a rayos, con muchísima cal, y sólo se empleaba para limpiar y ducharse.

    25 junio, 2013 at 15:52
  • SevillanaLinuxera Reply

    Pues yo no me siento identificada con este artículo. Siempre he vivido en un pueblo y mis padres nunca veraneaban, casi nadie del pueblo lo hacía en esa época. Lo único que hacíamos era ir los domingos a la playa porque era el único día que mi padre no trabajaba y por suerte la playa más cercana está a una hora en coche. Tampoco nunca he tenido ningún amigo/a que se fuera a veranear, como mucho algún fin de semana pasarlo fuera y ya está. Tampoco he tenido familiares que se vinieran de vacaciones a mi pueblo a pasar el verano, porque mi familia al completo vive en el pueblo, o si acaso en otro pueblo de al lado. Creo que este artículo está redactado desde el punto de vista de la gente que vivía en las grandes ciudades, que eran los típicos que se iban al pueblo a ver a la familia o a la playa a desconectar durante un tiempo.

    25 junio, 2013 at 18:02
  • carlos Reply

    MAcarraquilla, eres un crack. Yo me siento identificado contigo, que también soy de pueblo, tengo 38 y has descrito mi forma de vivir las vacaciones.
    Ah sí, quería apuntar que siendo pequeñajo, al final de los 70´s cuando no había piscinas desmontables, mis amigos y yo de la calle nos bañábamos en un balde de plástico de los que se utilizaban para lavar la ropa. ¡Y los triciclos! Venga para arriba y para abajo…mi mejor amigo tenía un cochecito a pedales con volante y freno de palanca de esos de esa marca mítica que ahora no recuerdo ¿era FEBER…? que parecían un “buggy”… ¿era estupendo para bajar a toda pastilla la cuesta hasta llegar a la plaza…porque entonces apenas había coches, tan solo aparcados por la noche. Después, ya más mayor, con nueve o diez años, organizábamos guerras con los chicos del barrio próximo ¡a pedradas y todo! En las proximidades había unas antiguas eras para trillar y un antiguo corral de adobe, abandonado, sobre un risco, que tenía toda la pinta de un castillo y , efectivamente, jugábamos a conquistarlo mientras los del otro barrio lo defendían. Sería una burrada pero era más emocionante que el pin-ball ese… ¡Dios! Qué buenos tiempos…eran formas de vivir de siglos que hemos perdido en apenas 30 años.

    25 junio, 2013 at 21:12
    • macarrasquilla Reply

      Carlos, mi casa estaba a las afueras del pueblo (no apartada, sino de las últimas casas que había), también tenía cerca las eras. Unas me pillaban muy cerquita y no se utilizaban para trillar, tenían un par de ruedas grandes de tractores que no se utilizaban (y saltábamos de una a otra), también había algunos arados (un vecino mío se accidentó en uno de ellos, recuerdo que le tuvieron que quitar un trozo del culo para ponérselo en la pierna) y unos troncos grandísimos de olivos. Un día jugando en uno de esos troncos me pille un dedo (recuerdo que fue el mismo sábado que estrenaron la serie “V”) y es la razón por la que cojo el boli de otra manera (se me puso el dedo muy feo, estuvieron a punto de amputármele; al finde siguiente hacía la Comunión y en alguna foto se me ve el dedo negro).
      Como vivía a las afueras del pueblo, donde empezaban los caminos, nos íbamos allí y no veas que circuitos de chapas (para jugar a la vuelta ciclista) hacíamos en la arena (con puentes, túneles, … ¡una pasada!). Otro de mis vecinos tenía una mesa de ping pong de su hermano mayor y allí echábamos nuestras partidas de fútbol con las chapas. Preparábamos las chapas (con sus “camisetas”) a conciencia y no veas como se deslizaban en una pista de ping pong (cuando jugábamos en la calle era más difícil con las rebabas del cemento).
      Nuestra casa estaba en el camino que iba al basurero municipal y allí que nos íbamos con nuestras bicis (yo tuve una California como la de la foto, otros amigos tenían a bicicross del sillín largo; antes la habíamos puesto un tubo de escape de cartón y las habíamos tuneado con corcho y otros materiales para que parecieran el Halcón Callejero). Una vez en el basurero buscábamos botes del Flin/Raid o del Pronto/Centellas, los metíamos en una caja o en algún cacharro que hubiera por allí y los prendíamos fuego para que explotaran (en el basurero siempre había una parte que tenía un poco de fuego, siempre estaban quemando basura pero por la tarde no había nadie y no había puertas), antes habíamos preparado una especie de barricada con algún trasto viejo que hubiese en el basurero. Otro de nuestros entretenimientos era buscar alguna revista tipo interviú para ver mujeres desnudas, jajajaaa.

      26 junio, 2013 at 15:53
      • carlos Reply

        Macarrasquilla …un saludo afectuoso. Seguro que también tunearíais la bici poniendo un plástico o un cartón con una pinza de forma que pegara en los radios para simular el ruido de una moto…¡jajaja! ¿Y por las fiestas, desde unas semanas antes no jugabais a “vacas” a lo mejor con unos cuernos de verdad? porque en los años 80 las vacas que se lidiaban en la plaza se mataban el penúltimo día allí mismo (hoy parecería una barbaridad sangrienta pero no deja de ser algo natural por mucho que los bienpensantes se escandalicen) y algunos chicos con suerte conseguían obtener alguno de esos cuernos. Si el que hacía de “vaca” era mayor, estabas jodido porque salías morado.
        Quiero aclarar que, efectivamente, a principios de los Ochenta, en mi pueblo ya no se utilizaban las eras empedradas para trillar. Los chicos las aprovechábamos para jugar al fútbol ¡Y que se quejen los futbolistas de las condiciones del césped!
        También fu emocionantísima la época de las exploraciones. Descubrir con los amigos nuevos caminos, senderos, callejuelas. Cuando descubrimos un barranco muy cerca de casa, con una fila de enormes chopos y lleno de bardales quedamos alucinados y le llamamos “el valle de las ortigas” al estilo de los exploradores de la tele y tuvimos la mastodóntica idea de comunicar un extremo y otro del barranco mediante un teléfono de aquellos que se hacían con un hilo y dos vasos de plástico, (como veíamos en las pelis de guerra que estaban comunicados los puestos de vigilancia…) naturalmente no lo llevamos a cabo pero siempre me quedé con las ganas de saber si un hilo tan largo habría transmitido nuestras palabras.
        Pero lo mejor era jugar con las chavalas y rescatarlas en el juego del marro o pillar a la que me gustaba cuando era yo quien la “paraba”…
        No sabes lo que me gustaría poder sentir aquellas sensaciones de asombro por las cosas más simples y sobre todo la felicidad que daba el no sentir responsabilidades.

        26 junio, 2013 at 20:48
        • Anónimo Reply

          Efectivamente Carlos. También jugábamos a la vaquilla o los toros con los cuernos de verdad. Pero no recuerdo hacerlo antes de las fiestas, sino después porque era como bien tu dices cuando teníamos los cuernos. Efectivamente los toros y vaquillas se descuartizaban al lado de la plaza portátil, cuando terminaba la corrida y te ibas a casa veías como el matarife estaba apañando al animal. Y allí estaba el Fausto (un chico muy bruto) preparado para coger los cuernos. El Fausto haría luego de toro durante todo el año (no solo después de salir de clase por las tardes, sino también en el recreo).
          Otra de las cosas que hacíamos en el pueblo durante las vacaciones de verano era fabricar los cazalagartijas (con una tabla, dos clavos, una goma, una pinza y el muelle de otra pinza no se necesitaba más) y los “tiraguitos” (con un cono de las bobinas de hilo, un globo y una goma; y una bolsa de garbanzos para dispararlos).
          Otras veces nos íbamos al arroyo (que pasaba cerca de nuestro barrio) y allí jugábamos y montábamos nuestras aventuras. Hasta que alguien se caía y nos prohibían ir a jugar al arroyo (hasta que pasados unos días lo incumplíamos).
          Ah! Y se me ha olvidado que otro de los entretenimientos que teníamos era ir a robar habas, guisantes, melones y sandías al campo. Bueno más que robar, nos abríamos un melón y nos lo comíamos. Eso para nosotros era una aventura.

          27 junio, 2013 at 09:12
          • macarrasquilla

            Este “Anónimo” era yo, que se me ha olvidado poner los datos.

            27 junio, 2013 at 09:13
          • carlos

            Macarrasquilla… entrando en terreno personal, si me permites. ¿cuándo dijiste que tu padre trabajó toda la vida hasta que guardo vacaciones definitivas ,no querrás decir que murió, ¿no? Si es así, creeme que lo siento de verdad.
            Mira es otra cosa por la que me identifico contigo porque mi padre tampoco ha guardado nunca vacaciones excepto en Fiestas y, como el tuyo, sólo guardaba fiesta el domingo por la tarde. Bueno y mi madre pues nunca porque no ha parado un momento. Igual que tantos y tantos padres y abuelos de los de nuestra generación. Desde luego eran personas de acero, incansables y a los que debemos todo lo que tenemos (bueno, exceptuando el dinero europeo que ahora nos enteramos lo que de verdad cuesta).
            Y otra pregunta, tú que ahora vives en Madrid ¿Cómo te sientes cuando vuelves al pueblo? ¿de dónde te consideras ahora?

            27 junio, 2013 at 20:47
  • Carmina Reply

    Siempre tuve envidia de los que se iban al pueblo o al campo por vacaciones. Yo me tenía que quedar en la ciudad todo el verano porque mi padre nunca se podía pedir vacaciones en éstos meses :(

    25 junio, 2013 at 21:57
  • Nacho Reply

    Sólo puedo decir esto

    1.- http://www.youtube.com/watch?v=ithSaWFCgh4

    2.- http://www.youtube.com/watch?v=9MXRviYQ9X8

    Como decía la vecina cotilla de Los Protegidos, ¿sí o no?

    26 junio, 2013 at 00:48
  • Los tópicos de las vacaciones de verano en tiempos de EGB (en la playa) - Yo fui a EGB Reply

    […] hablamos de los tópicos de las vacaciones de verano en el pueblo y hoy nos vamos a la costa, a las playas a ver que se cuece por allí (aparte de las personas, […]

    26 junio, 2013 at 09:02
  • Sandra Reply

    Falta la de:
    Cuando llegas al pueblo despuñes de estar unos días y saludar a casi todos los viejito@s, siempre hay alguien que te dice “y tu, ¿de quién eres?”

    26 junio, 2013 at 13:40
    • Arotxy Reply

      A mi en el pueblo de mis abuelos me preguntaron eso y dije yo de mi madre mirando a la pobre mujer con cara de esta mujer es tonta. Luego mis abuelos y mi maadre me explicaron que queria decir la pregunta. Tenia 12 años

      30 junio, 2013 at 12:14
  • Laure Reply

    Nosotros, donde más gozábamos era en el río. Primero preparando las charcas, colaboraba todo el pueblo, después limpiábamos los prados de la orilla y ya teníamos playas de interior. Eran el punto de reunión de todo el mundo, incluso los veraneantes, que eran muchos en mi pueblo acudían al río. Por cierto el agua estaba congelada. Cómo disfrutábamos.

    26 junio, 2013 at 17:22
  • Mari Reply

    Yo pueblo no tenía así que tocaba campamento y playa. La parte del verano que pasaba en Madrid muchas veces era un horror, ya que todas mis amigas no estaban y me quedaba colgada. Los findes aprovechabamos e ibamos a la piscina. Los campamentos no me gustaban, pero fui a 3 (fue el secreto de mi infancia). Podiaís un día hablar de estos campamentos que al segundo día de llegar, estabas deseando que acabase. Con mis padres iba a la playa y había muchos tramos sin autopista y con aquellas curvas y sin cinturón… Mejor no recordarlo. La playa molaba, pero el mar parecía más grande en la tele jajaja… Jugaba con otros niños de Madrid y había algunos que conocía del barrio también. Total, que con los del pueblo jugaba poco. Eso sí, eran más inocentes. Me gustaba más la piscina que la playa, pero como no la tenía todo el año, me resultaba muy exótica. Y, por supuesto, no faltaba mi libro de vacaciones Santillana. Lo peor era cuando tocaban las matemáticas… Eso sí, lo hacía entero, qué conste. Y también leía todo lo que me mandaban, sobre todo, lo de Barco de Vapor. Por eso soy tan lectora.

    26 junio, 2013 at 19:15
  • Catalina Reply

    A misa iva yo a diario por que quería, de lunes sábado con las cuatro beatas del pueblo y el señor cura-los domingos acudía todo el pueblo- que estaban gratamente sorprendidos, haceros a la idea, eran personas de las familias del bando nacional y yo la hija de una familia manifiestamente rojilla.

    26 junio, 2013 at 21:35
  • macarrasquilla Reply

    Bueno Carlos, mi pueblo no está lejos de donde vivo (a unos 120 km), así que solemos ir bastante. En invierno vamos menos porque nos da más pereza, los días son más cortos, llueve o hace frío y apenas puedes salir (y para estar dentro de casa, pues nos quedamos en Madrid), y sobre todo porque calentar esa casa tan grande te cuesta un riñón (cuando llegas el viernes tienes que poner la caldera a tope y la casa empieza a calentarse el domingo que es cuando te tienes que venir), por no hablar del gasto de gasolina si vas todos los fines de semana. Así que en invierno solo vamos para fiestas o puentes (de los Santos a Navidad, luego en carnavales y luego en Semana Santa).
    En verano sí vamos todos los fines de semana. De hecho nos iremos hoy y como yo estoy en el paro pasaré allí todo el verano hasta principios de Septiembre. Otros años lo que hacíamos era dejar al niño allí con mi madre y mis suegros y nosotros íbamos los viernes y nos volvíamos a Madrid los domingos (así era la situación). Allí la vida es más tranquila y fácil: la casa de mis suegros tiene un patio enorme y allí montamos una piscina donde el niño entra y sale cuando quiere. Pero además la piscina del pueblo solo vale 1 € (aquí donde yo vivo en Madrid cuesta 5 €). Y salir a tomar algo a las terrazas es más barato.
    ¿Qué como me siento cuando vuelvo al pueblo? Me siento totalmente de allí. Yo en el pueblo soy una persona conocida, bueno me refiero a que he participado en muchas actividades allí y por eso estoy muy vinculado al pueblo. Es cierto que en estos 10 años que llevo viviendo en Madrid he perdido un poco esa vinculación, pero solo un poco. Mi traslado a Madrid coincidió también con otra etapa de mi vida, en la que por ejemplo ya no podía jugar en el equipo de fútbol (por la edad). Pero sigo siendo miembro del grupo de coros y danzas de allí, sigo colaborando con mis amigos que son los que organizan la MTB de allí, etc. Fíjate si sigo vinculado que soy el que administra el grupo de mi pueblo en Facebook (yo cree ese grupo y me entero de más cosas que los que viven allí). Pero si es cierto que las sensaciones no son las mismas que cuando vivías allí.
    En cuanto a lo de mi padre, has acertado, cuando se cogió las únicas “vacaciones” de su vida, fue porque falleció.
    Salu2.

    28 junio, 2013 at 12:30
    • carlos Reply

      Insisto, lo siento de verdad.
      Me alegro un montón de esa vinculación porque es un hecho que los pueblos están en grave peligro de extinción. Y más con la crisis, con la que se deja de arreglar carreteras y los servicios y el transporte se están restringiendo al máximo.
      yo soy de Aragón y el mundo rural se está quedando vacío porque lo de que con la crisis la gente vuelva a los pueblos…tururú Cuando desaparezcan los actuales ancianos, gente que supo vivir sin apenas recursos, a ver quién es el guapo que aguanta allí.

      28 junio, 2013 at 16:02
  • cristina Reply

    yo vivia en madrid,pero somos de un pueblo de caceres,,ahora vivo en otro pueblo,,a menos de una hora del mio,asiesque muy bien,de pequeña,en cuanto nos daban las vacaciones,nos llevaban mis padres alli,esa noche anterior,no dormiamos de los nervios,y cuando íbamos llegando eran muchos nervios,primero parabamos en el pueblo de mi padre(a 13 km. del mio),y yo me enfadaba por que tardabamos mucho en irnos,pero a mi hermano le gustaba mas ese pueblo,y se quedaba alli,cuando ya se divisaban las csas de mi pueblo,se me ponian unas cosquillas en el estomago….,luego,no dsesacia ni la malera,me iba corriendo a ver a mis primas y amigas,que estaban ya alli de holanda y francia.solo teniamos un mes y medio para vernos,al año.luego preparar las fiestas,etc.era muy bonito y divertido,ahora a cambiado,y los chicos no se divierten igual y tan sano como antes.eran otros tiempos,ahora cuando voy,me da mucha nostalgia de antes.

    28 junio, 2013 at 19:54
  • trabajos verticales Reply

    Los tópicos de las vacaciones de verano en tiempos de EGB (en el pueblo) – Yo fui a EGB, ¿Puedes explicarnos màs?, me resulta practico esta post. Saludos.

    9 julio, 2013 at 12:49
  • Doce cosas que no faltaban en ninguna playa y que difícilmente vas a encontrar hoy - Yo fui a EGB Reply

    […] Diez prendas y accesorios imprescindibles en los veranos de la EGB Quién nos ha visto y quién nos ve: el veraneo Los tópicos de las vacaciones de verano en tiempos de EGB (en la playa) Los tópicos de las vacaciones de verano en tiempos de EGB (en el pueblo) […]

    17 julio, 2013 at 16:35
  • Sonia Reply

    Yo vivía en un pueblo y la llegada de los niños que veraneaban allí indicaba en inicio real del verano :D de repente pasábamos de ser pocos niños a ser bastantes más, nos pasábamos todo el día fuera de casa en la piscina o jugando en la plaza, en los bosques de alrededor, por las calles, o haciendo una coca-cola o un helado en el bar del pueblo… y finalmente llegaba la despedida donde se iban marchando los niños de ciudad, muchas promesas de escribirnos cartas y todo lo demás, hasta que quedábamos los de siempre, y ale, a empezar un nuevo curso.

    17 julio, 2013 at 18:12
  • ermion Reply

    yo me siento identificada con esta publicacion casi al 100% mis padres todos los veranos justo acabar el cole nos mandaba al pueblo con mis abuelos un pueblo de murcia (Aguilas) nosotras somas de barcelona pero tambien de pueblo,pero como mis padres trabajaban todo el verano nos mandaban alli. Aun siendo un pueblo costero la playa la veiamos algunas veces ya que mi abuela no tenia muxas ganas a veces…mi abuelo me montaba en la moto y me bajaba a la playa (sin casco ni nada) haciendo sus paraditas en los bares y yo tomando helados .
    En la casa teniamos una terraza y tambien teniamos una piscina TOY para remojar el culete y ya esta ,pero la mayor parte del tiempo estaba en la calle con una vecinas dando vueltas con la bici . deciamos que eramos primas y nos llevaban muchas veces por ahi de cena con su padres decian que esperaban el verano para vernos
    gracias a las redes sociales puedo decir que tengo unas amigas en el pueblo aunque ya no tengamos casa nos hemos podido reencontrar !!! enhorabuena YO FUI A LA E.G.B.

    17 julio, 2013 at 23:56
  • Juani Reply

    Y cuando llegabamos al pueblo decian… ya han llegado los “forasteros”!! A dia de hoy sigo pasando las vacaciones en el pueblo….

    23 julio, 2013 at 12:12
  • Gema Reply

    Y las típicas preguntas de los lugareños “y tu de quien eres?” “eres el muchacho/a del…(o de la )?” y cada familia teníamos ( y seguimos teniendo) un mote, nosotros eramos los del Gorriche.

    19 julio, 2014 at 11:10
  • naiara Reply

    pues en nuestro caso se cumplen casi todos, pero en el pueblo no había ni piscina, ni bar, ni tiendas. En vez de piscina íbamos al río, en vez bar había un teleclub que abrían unos del pueblo los domingos después de misa y en lugar de tiendas había (y hay) vendedores ambulantes que reconocías según el pitido del claxon…así que ir a los pueblos de al lado con l@s amig@s era de lo más emocionante…nosotras seguimos siendo las panaderas porque mis abuelos tuvieron la panadería del pueblo jejeje!

    20 julio, 2014 at 10:14
  • jaywalles Reply

    Pues coincide bastante poco la verdad.

    Yo viví toda mi infancia en ciudad de costa, no ya el primer día de vacaciones, sino el primer día de junio que no se tenía clase por la tarde empezaba “la juerga”.

    Mis mejores amigos nunca estuvieron en el colegio, con lo que en realidad me importaba un pito lo que hicieran los compañeros durante el verano; yo estaba deseando que acabaran las clases para tener más tiempo para estar con los amigos. No nos hacía falta irnos de viaje, la playa y la piscina ya la teníamos allí mismo.

    De hecho, conforme fui haciéndome mayor y teniendo más “autonomía” empecé a detestar el tener que irme de viaje a ver a mis abuelos maternos, a otra ciudad (donde vivo ahora), incluso los pocos días que pasaba en una casita en un pueblo donde, por otra parte, no tenía amigos ya que había muy pocos niños y yo nunca estaba más de 3 o 4 días por allí.

    Así que tampoco tenía “amigos que no veía desde hacía mucho tiempo”; ni “torneo de futbito en la campa” mis partidos de fútbol, interminables, de varias horas, eran en pista o en campo reglamentario, con un balón de verdad y con calzado adecuado.

    Nunca usé eso que llamáis “cangrejeras”, creo que un año que hubo muchas picaduras de pez escorpión me obligaban a ponerme unas para bañarme en la playa… nada más.

    Nunca le he dado una sola calada a un cigarro; jamás me pareció algo atractivo ni algo que “hacía mayor” ni ninguna de esas tonterías.

    Como no pasaba el verano “en el pueblo”, ni verbena, ni vaquillas ni nada parecido. Lo más similar era la llegada de las fiestas de la ciudad a medio verano, pero cualquier parecido de eso con una verbena de pueblo es pura coincidencia.

    Cuando iba a la ciudad de mis abuelos, tampoco había que hacer muchas cábalas, era un viaje de ciudad mediana a ciudad mediana, normalmente fuera de las “fechas punta”, eso sí, era largo de cojones; ahora, con autopista de punto a punto, se tarda 2 horas y cuarto, cuando era crío, en un Citroën GS y todo carretera, 5 o 6 horas no te las quitaba nadie, normalmente había que parar a comer por el camino, así que añádele un par de horas más; esto sí que me sigue resultando llamativo hoy en día, cuando muchas veces hago ese mismo viaje, de ida y vuelta en el mismo día. Normalmente no hago ni una sola parada.

    Luego algún año sí que nos íbamos de vacaciones una semana o 15 días a algún sitio fuera de allí y de la ciudad de mis abuelos… pero era cada vez un sitio diferente que no conocíamos, he tenido la suerte de conocer gran parte de España así.

    Vamos, muy pero que muy apartado del tópico de la gente que ha ido a veranear los mismos 15 días o el mismo mes, año tras año al mismo sitio…

    Qué suerte he tenido, la verdad.

    20 julio, 2014 at 11:21
  • Amaia Reply

    Clavao! pero las chicas no ibamos en bici, los chicos si. Y eran “los chavales”.
    Era en Navarra y la poblacion durante el año era de unos 12 habitants, en verano podrian subir a 200 o asi. No habia tiendas, solo un bar q no tenia horario de aperture fijo. La furgoneta del pan venia todos los dias y hacia una parade arriba y otra abajo y tambien vendia el periodico. La de el pescatero era mas esporadica, pero traia polos. Todo el mundo tenia esos congeladores tipo arcon y lo mas preciado que alli habia en mi casa eran flases, que habia que racionar.
    Partidas de chinchon de los mayors, sentarse a la fresca, escuchar los grillos, las golondrinas, mirar las estellas tiradas en la calletera.
    Y la comida, buena, fresca, natural.
    Yo creo que era muchisimo mas divertido que lo que hacen ahora, meterse en un hotel y hacer “actividades”. Jo que recuerdos.
    Mi tia ahora vive alli y a mi abuela le llevan todos llos años un par de semanas, y yo siempre digo que quiero ir…

    20 julio, 2014 at 11:41
  • MANU Reply

    Nunca he vivido las vacaciones como aquí se han descrito, ya que sin ser de pueblo, ni tener ni siquiera familia en él, y viviendo en una cuidad costera y a 50 m de la playa….nunca mis padres tuvieron necesidad de ir de veraneo, como siempre han dicho ellos. Las vacaciones, como aquí las describís, son muy diferentes a las que yo he vivido en mi infancia, ya sea por trabajo de mis padres o por, como he dicho, vivir en una zona costera.

    20 julio, 2014 at 11:49
  • Sole Reply

    Nunca he ido de vacaciones con mis padres a otro sitio que no sea el pueblo y coincido en muchas cosas con los comentarios de otras personas. El viaje era de Pamplona a Montánchez, en Cáceres. Mis padres y los cuatro hermanos en el coche, en un viaje que duraba casi 12 horas, siempre en agosto. Primero íbamos a casa de nuestros abuelos y después tenemos nuestra propia casa. Lo pasábamos genial, jugando todo el día con los amigos del pueblo. Íbamos a la piscina y hacíamos excursiones con mis padres por la zona. A una charca a bañarnos, a visitar Mérida y Guadalupe. La gente mayor del pueblo que preguntaba “tú de quien eres” y el comentario de si estabas más gorda que el año anterior. No teníamos bici en el pueblo, porque no cabía nada más en el coche y nunca tuvimos una bici para cada hermano, las compartíamos. Todavía s finales de los 80, había sequía y no teníamos agua en casa 24 horas. Nos la daban unas horas al día. Se oía entre las vecinas “que viene el agua” y todos a llenar las garrafas, los cubos, un bidón grande. Para beber, íbamos a por agua a diario a la Fuente Santa Cruz. Las fiestas eran a finales de agosto o primeros de septiembre y sólo he estado un par de veces. ¡Qué emoción cuando llegábamos y qué pena cuando nos íbamos! El resto del año, nos edcribíamos cartas con los amigos de allí. Gracias por hacerme recordar tantas cosas bonitas. Saludos a Montánchez, si alguien me lee por aquí.

    20 julio, 2014 at 12:09
  • Oscar G.M. Reply

    Mi padre no se equivocaba con lo de salir y no pillar atasco… Siempre viajábamos de noche o de madrugada porque decía que así conducía mejor y además yo y mis hermanos íbamos dormidos… Y niño dormido, niño que no se marea. Ni molesta con “cuanto falta”, “queda mucho”, “tengo pis”, “tengo sed”, “hemos llegado ya” y todas esas cosas… Era todo ventajas… Creo que yo haré lo mismo

    20 julio, 2014 at 14:24

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